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Los molinos de viento en La Paz y el agua en fase subterránea.

Históricamente, La Paz ha dependido del agua subterránea para su desarrollo. En el siglo XIX, los colonos utilizaban pozos y molinos de viento para extraer agua, estableciendo huertas que aseguraban la producción de alimentos en un entorno árido. 

Este modelo sostenible garantizaba un equilibrio en el uso del agua, evitando su sobreexplotación.

De acuerdo al editor y docente sudcaliforniano Sandino Gámez, en 1850, el gobierno federal inició un programa de colonización para La Paz, en el que otorgaba un terreno de una hectárea, a cambio de que tuvieras un pozo y una huerta. 

“Imaginemos que la ciudad de La Paz estuviera parcelada en cuadras de una hectárea, 100 metros por 100 metros. (…) Hay que imaginarse que todo esto estaba enmontado, lleno de mezquites, cardones, pitayas, el chamizo…” contextualiza Sandino.

“El acuerdo del gobierno federal era el siguiente. Si quieres el lote, en el transcurso de dos años debes abrir un pozo de agua y sembrar una huerta, cuando los tengas, te daremos el título de propiedad”.

En esa situación ocurrió la instalación de los molinos de viento que durante décadas fueron un ícono para esta ciudad.

“Para obtener el agua de los pozos, que tenían profundidades entre 20 y 40 metros, se introdujo la tecnología de los molinos de viento. ¿Cómo sacas agua de un pozo? Pues obviamente al principio es con la cubeta y una cuerda, ¿no? Pero a partir de la segunda mitad del siglo XIX, llega la tecnología de los molinos de viento”, recuerda Sandino.

De esa forma, la postal urbana de aquella época era de una ciudad arbolada y con molinos de viento custodiando los centros de cada manzana, tanto que se le comenzó a llamar La Ciudad de Los Molinos.

En la exposición “La Paz, Ciudad de Los Molinos, 1890 – 1940”, el Centro de Documentación de Historia Urbana de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) se puede ver una maqueta en la que se ve la ubicación de los molinos de viento. 

Al menos 22 molinos de viento se registran en dicha exposición, mismos que hemos georreferenciado en el mapa de arriba.

¿Qué le pasó a los molinos de viento de La Paz? 

Con el paso del tiempo y la llegada de la electricidad al país, los molinos de viento fueron sustituidos por bombas de agua eléctricas. Y los pozos domésticos, por pozos municipales en las periferias de la ciudad donde el agua era mucho más dulce que en las huertas que estaban cerca del mar. 

Pero los pozos no se han secado y todavía se llenan en época de lluvias.

Los molinos de viento quedaron en desuso y hoy sólo quedan unos cuantos en los traspatios de algunas casas del centro de La Paz, como el que está en la Calle 5 de Mayo casi esquina con Belisario Domínguez.

El agua subterránea sigue siendo la fuente principal de la que se abastece La Paz. En este territorio donde puede pasar más de un año sin lluvia, el agua sigue presente en su fase subterránea. 

Se desconoce qué cantidad de agua corre por debajo del suelo de La Paz, hasta el momento sólo se tienen inferencias obtenidas de los pozos municipales. 

Hay estimaciones que señalan un déficit entre la recarga y la extracción del agua de entre 13 y hasta 27 millones de litros en el acuífero de La Paz.

La tecnología para extraer agua del subsuelo ha permitido que la urbanización no se detenga, sin embargo, el ritmo de recuperación del acuífero de La Paz no cambia a la misma velocidad. 

Cada año se pierden hectáreas de suelo que se convierten en fraccionamientos, impermeabilizando por completo el territorio. Es urgente dejar grandes extensiones de suelo sin urbanizar o con infraestructuras verdes para ayudar a que el ciclo hidrogeológico no se vea más dañado.

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