Una pregunta que se repite con desesperación en los barrios históricos de La Paz: Centro, Esterito. A veces cae un chorrito que no llena ni un tambo. A veces, simplemente no llega.
Mientras tanto, los megaproyectos turísticos crecen sin freno. El agua fluye para las nuevas torres, pero no para las casas de siempre.
Y si no llega al Centro… mucho menos llega a la periferia.
En el sur de la ciudad, colonias como Cola de Ballena o en el noroeste Márquez de León, el desabasto ya es rutina: semanas sin servicio, tandeos fallidos, cisternas vacías. Es ahí donde la injusticia hídrica se profundiza. Donde la turistificación no solo desplaza: precariza la vida.
En el primer #RIVAIncide lo dijimos fuerte y claro: “La palabra ‘agua’ no aparece en las normas. Duele su ausencia en los planos, en los discursos… y en las casas.”
Las y los participantes identificaron problemáticas estructurales como:
- Turistificación, que eleva los precios y expulsa a quienes nacieron o trabajan aquí.
- Uso desmedido del agua en viviendas turísticas de lujo, sin micromedición efectiva.
- Viviendas autorizadas como unifamiliares que operan como hoteles, sin regulación efectiva ni espacios públicos dignos.
Pero la discusión también abrió un tema que suele quedarse en la opacidad: los títulos de concesión. En foros y declaraciones públicas se afirma que los nuevos desarrollos “ya tienen el agua garantizada”, generalmente a partir de pozos agrícolas “aportados” al municipio.
Lo cierto es que la Ley de Aguas Nacionales es clara: ningún pozo agrícola puede usarse para fines urbanos sin un cambio de uso autorizado por CONAGUA. Ese procedimiento existe, cuesta alrededor de 6 mil pesos, tarda en promedio 60 días hábiles y debe estar registrado en el REPDA (Registro Público de Derechos de Agua).
La pregunta entonces no es solo si “ya llegó el agua”, sino:
- ¿Qué concesión respalda ese caudal?
- ¿Se hizo el cambio de uso de agrícola a urbano?
- ¿Qué volumen se restó al campo para dárselo a la ciudad?
- ¿Ese volumen será para los barrios con tandeos… o solo para las torres frente o con vista al mar?
Lo que hoy se presenta como una “garantía de agua” puede ser solo un trámite en papel, que no genera una sola gota nueva. Un pozo no crea agua: solo la extrae y esa lógica extractiva ya no es suficiente.
La hidrología moderna nos recuerda que el agua se mueve en flujos y pulsos: no es estática, circula en distintas profundidades, tiempos y trayectorias. Si bloqueamos esos pulsos con urbanización desordenada o con infraestructura mal diseñada, no solo interrumpimos la disponibilidad: alteramos el ciclo mismo que sostiene la vida.
Por eso, necesitamos dejar atrás la falsa dicotomía entre infraestructura gris y verde. La infraestructura gris que siga construyéndose en La Paz, presas, calles, drenajes, plantas de tratamiento, senderos, libramientos, puentes, bordos, ya no puede implementarse sin una visión regenerativa: debe diseñarse en diálogo con el suelo, el agua y la vegetación, integrando infraestructuras verdes y azules que permitan infiltrar, retener y reutilizar los pulsos de agua.
En el Primer RIVA Incide, junto a personas que habitan, estudian, defienden o administran la ciudad de La Paz y los barrios fundacionales, tejimos propuestas colectivas para cambiar el rumbo:
- Generar un nuevo Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población (PDUCP) que parta de la justicia territorial, reconozca el agua como límite real del crecimiento y articule la interdependencia entre zonas rurales y urbanas, aplicando metodologías de planeación hidrosocial y participación ciudadana vinculante.
- Reformar la estructura tarifaria del agua mediante esquemas diferenciados por tipo de uso, volumen consumido e impacto socioambiental, garantizando accesibilidad a los hogares y desincentivando consumos intensivos en sectores turísticos, comerciales y de lujo.
- Avanzar hacia la micromedición universal (100%) como condición para garantizar equidad hídrica, transparencia en el consumo y eficiencia en la gestión, complementada con auditorías técnicas comunitarias y sistemas digitales de monitoreo.
- Auditar y certificar el consumo de agua en hoteles, plataformas turísticas y comercios intensivos, estableciendo mecanismos de control social y certificaciones hídricas obligatorias como requisito para su operación.
- Proteger y regularizar predios con valor barrial, ecosistémico o en disputa, priorizando su uso social, ambiental y comunitario frente a procesos de especulación inmobiliaria, turistificación y presión urbanizadora.
- Transparentar y auditar públicamente las concesiones de agua que respaldan proyectos inmobiliarios, publicando de manera accesible los números de título, los cambios de uso autorizados, los volúmenes transferidos y el impacto en el sistema hídrico, evitando casos como el Distrito Malecón donde se pretende justificar con títulos agrícolas lo que legalmente debe acreditarse como uso urbano.
- Rediseñar la infraestructura urbana bajo un enfoque regenerativo, introduciendo de manera obligatoria infraestructura verde, azul y soluciones basadas en la naturaleza, de modo que toda obra gris (presas, calles, senderos, bordos, libramientos) se conciba como parte de un sistema integrado que infiltra, retiene y reutiliza el agua, aplicando criterios de hidrología moderna y en diálogo con el suelo, la vegetación y la vida urbana.
Estas propuestas no son ideas al aire. Son aportes directos al compromiso del gobierno municipal establecido en el programa de gobierno 2024-2027 de revisar y actualizar el PDUCP vigente. Una oportunidad histórica para que la nueva planeación de La Paz escuche a sus barrios y ponga el agua, el suelo y la vida cotidiana al centro.“La voz del barrio no es nostalgia, es propuesta.”
Consulta y difunde el documento de recomendaciones del RIVA Incide
Desde el Centro hasta la zona rural y atravesado la periferia, la Comunidad RIVA Incide exigimos: equidad hídrica, planeación con justicia y diseño urbano que proteja lo común
Porque la ciudad que no escucha a sus barrios, no merece llamarse ciudad. Y porque desde Contener La Paz, proponemos otra forma de decidir: desde el agua, el suelo… y quienes los habitan.