El desarrollo urbano le ha dado la espalda a la naturaleza, pareciera que una de las condiciones para “crecer como ciudad” es eliminar a las especies de flora y fauna, y sustituirlas por concreto y asfalto.
Dicha visión de desarrollo ha generado consecuencias negativas para quienes habitan las ciudades.
En La Paz, Baja California Sur, uno de los cinco estados más áridos de México, se han comenzado a realizar algunos esfuerzos para implementar infraestructuras azules y verdes (IAV).
Las IAV pueden generar beneficios ecosistémicos para regenerar el equilibrio ambiental, incluido el bienestar de los seres humanos.
Alejandra Campos, bióloga especializada en el manejo de cuencas y limnología, explica que las infraestructuras verdes y azules son “prácticas de diseño y planificación que ayudan a restablecer las condiciones necesarias para sustentar la vida”.
“Las infraestructuras azules se centran en el manejo del agua, mientras que las verdes se enfocan en la vegetación”, precisa.
Campos precisa que ambas son cruciales para restaurar el equilibrio ecosistémico en las ciudades.
Al generar beneficios ambientales, también benefician de manera directa la salud y bienestar de las personas, señala Alejandra. “En ciudades áridas como La Paz, la falta de vegetación puede llevarnos a temperaturas extremas y afectar nuestra vida”, ejemplifica.
Hay diferentes ejemplos de IAV que pueden ayudar a restaurar el suelo y el equilibrio ambiental de las ciudades. El Manual de Lineamientos de Diseño De Infraestructura Verde para Municipios Mexicanos enlista los siguientes:
- Jardín de microcuenca
- Jardín de lluvia
- Pozo de infiltración
- Zanja-bordo
- Drenaje francés
- Pavimentos permeables
- Presas filtrantes
- Cisternas
- Techos verdes
La Paz, una ciudad arbolada
Quien no conozca La Paz, pensará que sólo hay cardones y vegetación típica del desierto. Pero la verdad es que se puede ver una gran variedad de árboles robustos y verdes, sobre todo en la zona central y más antigua de la ciudad.
El cronista Amado Guadalupe Heredia nos recuerda que a inicio de la década de los 60, existían huertas con árboles frutales, cercanas a la Calle Playa, hoy llamada Paseo Álvaro Obregón, donde se extiende el malecón.
“Nuestra ciudad en ese entonces era una ciudad arbolada. Había muchos árboles frutales. Encontrabas mangos, naranjas, guayabas… Que al mismo tiempo que le daban sombra y frescura a la ciudad, también podía aprovechar sus productos”, recuerda.
Pero la vida ha cambiado en esta ciudad. Y aunque todavía puedes encontrar grandes árboles de nim, tamarindo, hule y laureles, en la zona central, conforme se expande la mancha urbana estos van desapareciendo.
Además, ocurre algo que la mayoría de los habitantes desconoce. No todos los árboles generan beneficios ambientales. Algunos pueden afectar profundamente el equilibrio ambiental, inclusive.
Importante preservar la flora nativa
Si bien sembrar árboles puede traer beneficios como sombra, nutrición del suelo y la infiltración de agua, hay que ser sumamente cuidadosos en no introducir especies invasoras.
Yssel Gadar Aguayo, maestra en biología, señala que la gente (y no sólo en La Paz) genera un gusto especial por las cosas exóticas, como sembrar jacarandas, originarias de Brasil, o araucarias, del sur de Chile.
Se tiene la creencia que especies como el “pino salado”, el nim o el eucalipto casi no necesitan agua para que crezcan y dan sombra. Yssel precisa todo lo contrario “sí necesitan mucha agua, pero son altamente capaces de extraer hasta el último mililitro de agua del suelo”.
Lo que hacen estos árboles, explica Yssel, es competir exitosamente con las especies nativas, dejándolas sin agua suficiente.
Las especies nativas, como los mezquites y los cardones, son fundamentales para mantener la biodiversidad y la salud del suelo. Estas plantas están adaptadas a las condiciones locales y pueden proporcionar hábitats para la vida silvestre, además de ayudar a regular el clima y mejorar la calidad del aire, añade.
En 2017 la Asociación Civil Sociedad de Historia Natural Niparajá publicó la Paleta Vegetal para La Paz, una recopilación de especies nativas y adaptadas al clima de esta ciudad, realizada por el Dr. Alfonso Medel Narvaez, en la que se enlistan más de 100 opciones de setos, arbustos, cactáceas, enredaderas y otros tipos de vegetación óptimos para sembrarse en esta ciudad.
Cómo se deben construir las infraestructuras verdes
Algunas ciudades cuentan con jardineras o camellones, algunos con plantas nativas, pero esto no quiere decir precisamente que sean infraestructuras verdes.
Para que una construcción se considere como tal, debe estar en contacto con el suelo. Por ejemplo, una jardinera, por muy grande que sea, si en el fondo sólo tiene concreto u otro material que no sea natural y permeable, no sería considerada infraestructura verde.
Los ejemplos enlistados al inicio de este texto se pueden incluir en una red de infraestructuras verdes y azules para comenzar a restaurar la naturaleza en las ciudades.
En 2023 CityEs! consultora especializada en gestión integral de ciudades, y coordinadora del proyecto Contener La Paz publicó la Agenda Contener La Paz para Implementar una Red de Infraestructura Verde y Azul, y planteó el objetivo de que en 30 años, al menos el 30 por ciento del suelo urbanizado en esta ciudad cuente con este tipo de intervenciones.
No es una visión aislada, en diciembre de 2022, los países que forman parte del Convenio sobre la Diversidad Biológica, plantearon como meta conservar el 30 por ciento de la tierra y los mares del planeta para 2030.
La restauración de la naturaleza en La Paz es posible. Imaginemos a La Paz como una ciudad internada en su propia naturaleza. Donde ver abejas, murciélagos, pasto silvestre y tierra húmeda después de una lluvia sea posible.